Un fanático de la tecnología cuenta su historia “tragicómica”, en la que
las redes sociales fueron el principio y el amor de un romance.
Nos conocimos por Twitter, nos presumimos en Facebook, nos admiramos
por LinkedIn, viajamos y nos divertimos por Foursquare, discutimos por
Skype y nos peleamos por WhatsApp. Ahora no hay una sola red social
donde nos volvamos a ver.
Así, entre sorprendido por su propia historia de y melancólico por el triste y reciente final, Mariano A. comienza a relatar su aventura de amor, atravesada por las redes sociales desde la introducción hasta el desenlace.
Casi no le habría quedado otra opción. Mariano y su ex novia (“preferiría no nombrarla”, solicita) son dos geeks
fanáticos de la tecnología, e hicieron de esta su pasión y su trabajo.
Después de cuatro años de novios, tres de convivencia y un viaje que
definió los tantos, las fibras ópticas del mundo ya casi no recuerdan
los millones de mensajes, corazones, besos y gritos virtuales que
compartieron.
Esta historia terminó hace poco más de un mes. Y él
todavía necesita contarla para desahogarse. “Me gustaría transmitir mi
experiencia: que las redes sociales pueden ser un medio formidable para
alimentar un amor, pero también para destruirlo. Algunas de ellas,
dependiendo en qué situación esté la pareja, pueden servir más para
desinformar que para informar”, reflexiona Mariano.
Pero tiene
otra reflexión, más terrestre y trascendente: “después de todo este
tiempo de idas y vueltas, de peleas y llantos, me he convencido de que
el peor uso que se le puede dar a la imaginación son los celos. Y en
esto las redes, a veces, son una trampa difícil de sortear”.
La
red social del pajarito, los guiños en menos de 140 caracteres, les
abrieron la jaula a Mariano para escaparse de una relación anterior que
ya se había quedado irremediablemente sin alas. “No había mucha gente
que usara Twitter, pero lo más importante es que mi ex no usaba. Esa red
es más impersonal que Facebook, por ejemplo, donde estamos todos más
expuestos. Por todo eso Twitter es más propicia para expresarse con
libertad, es una ventana a los pensamientos”, describe.
Facebook
llegó más tarde, cuando las cosas podían “legalizarse” frente a ellos
mismos, con los amigos y con las familias. Nunca ha sido fácil
despegarse de una vieja relación, y mucho menos en la era de las redes.
“Facebook es una pizarra gigante donde compartir cosas: música, fotos,
ideas, experiencias. Es una forma de estar en contacto, y que permite
reducir muchísimo la extrañitis cuando estás lejos”.
Esta
última cualidad, al parecer, no les jugó a favor cuando Mariano estuvo
algunos meses instalado fuera de la provincia por trabajo. Dice Mariano:
“ahora me doy cuenta de algo. Ella me exigía que la extrañara, pero yo
no la extrañaba. No porque no la quisiera ni mucho menos, sino porque
estábamos en contacto por mil formas diferentes, nos mandábamos fotos,
sabíamos qué estaba haciendo el otro en todo momento, hacíamos
videochats por Skype...”
Fuera de línea
WhatsApp,
la aplicación de mensajería instantánea gratuita, fue el demonio. Los
celos de su pareja enloquecían cada vez que le agarraba el celular y
veía charlas de él con algunos amigos. “Ahí es donde digo que las redes
desinforman, porque una charla con un amigo puede ser malinterpretada
por tu pareja. El solo hecho de decir que tal o cual chica
es linda, o que su escote es admirable, para tu pareja puede ser una
tortura. A mí me torturó pensar que ella podría haber violado mi
privacidad, porque era evidente que había leído algunas charlas”. Y ya
no hubo vuelta atrás.
Mariano reitera que su intención es contar
esta historia para mostrar las ventajas y contratiempos de las redes
sociales en el amor. Todavía no sabe qué hará el viernes, el Día de San
Valentín, el Día de los enamorados, porque ya no tiene su amor “tecno”
cerca. “Me gustaría enviarles regalos anónimos a todas las chicas que
están solas, que son un montón, y filmar su reacción. Pero es un
delirio”. De lo que está seguro es que con su ex no habrá ni una
llamada, ni un SMS, ni una foto compartida por Facebook. Mucho menos un
corazón enviado por WhatsApp.
Vía: www.lagaceta.com.ar
Visítanos en: www.myuniversalmedia.com y danos like en: www.facebook.com/SocialUniversal
Síguenos en: www.twitter.com/@SocialUniversal
No hay comentarios:
Publicar un comentario